«Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto». 1 Reyes 19: 19
Recuerdo muy claramente el momento en que dejé el mundo de los negocios para dedicarme al ministerio a tiempo completo. Estaba seguro de que Dios me estaba llamando a ir al seminario, pero entregarle mi libro de clientes a mi gerente (esto era en la antigüedad antes de los ordenadores), fue un momento decisivo en mi vida. Cuando el profeta Elías apareció para nombrar a Eliseo como su sucesor, fue un momento decisivo en la vida de Elias.
Era el medio de un día de trabajo y Eliseo estaba en los campos de la granja de sus padres cuando Elías apareció y puso su manto, o capa, sobre sus hombros. Hoy en día, la expresión «pasar el testigo del liderazgo o la responsabilidad» es bastante común. Pocos se dan cuenta de que este concepto en realidad proviene de esta historia bíblica. En la antigüedad, un manto era un manto sin mangas que se llevaba sobre las prendas exteriores para dar calor. Sin embargo, cuando Elías lo colocó sobre los hombros de Eliseo, simbolizó la transferencia del liderazgo espiritual.
Eliseo sabía exactamente lo que estaba pasando en ese momento y corrió a decírselo a sus padres. Luego lo vemos sacrificar sus animales a Dios y partir con Elías. Este fue el momento de Eliseo. Al sacrificar los bueyes, Eliseo estaba esencialmente diciendo que no había vuelta atrás. Su antigua vida como hijo de un agricultor rico y trabajando en los campos había terminado. Él estaba eligiendo aceptar el llamado de Dios y entrar en esta nueva vida como el sucesor de Elías. Esto fue un gran paso de fe y un momento decisivo en la vida de Eliseo.
¿Estás enfrentando un momento decisivo en tu viaje de fe? Tal vez Dios te está pidiendo que confíes en Él haciendo un cambio drástico en tu carrera. Tal vez es una mudanza a otra ciudad donde no conoces a nadie. Tal vez sea finalmente perdonar a la persona que te hizo daño, o es tratar de compartir lo que tienes con un vecino que está luchando. Pídele a Dios el valor y la fe para dejar lo viejo atrás y entrar en lo que está por venir. No se pierda ni un momento decisivo en su viaje de fe.